Confesiones de publicidad

 

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Un guionista viaja en subte buscando inspiración para su futura película hasta que descubre que uno de los pasajeros está escribiendo sobre él.



 Sinopsis



Entre la torpeza desmedida y la sensibilidad ingenua; entre la inspiración débil y la frustración gravitante; entre la paranoia y el fanatismo a Lennon, transita la vida de Noah en el insomne barrio de Chacarita. Él es un guionista raso, atrevido, que trata de resolver el desasosiego de su irrealización personal apostando a la inspiración que encuentra en sus rutinarios viajes en subte, y en los vulgares personajes que allí encuentra.



Simultáneamente a la búsqueda de ideas para su historia, Noah además deberá resolver el conflicto agobiante que padece con SUSAN, su esposa. Una morocha atractiva, audaz y azafata de American Airlines a quien el oficio de su marido siempre le fue indiferente.



Separado de su mujer, Noah se muda al pequeño y antro apartamento de su mejor amigo, BILLY.

De día, Noah se anima a viajar en subte y seguir sigilosamente la pista de algunos pasajeros hasta los lugares más extravagantes. De noche, se enfrenta a los avatares de motoqueros, prostitutas, jugadores y vagabundos que concurren a “Atómica”, el bar donde trabaja como mesero.



Precisamente en un viaje en subte, NOAH, en lugar de inspiración, se va a chocar con la paranoia de su muerte, encarnada en el acecho incesante de un pasajero, presumidamente peligroso.

Aún más, cuando cree que SAHARA (una de las chicas que ha visto en el subte y encontrado casualmente en el bar) está involucrada en la conspiración, junto al hombre misterioso del subte.



Pero si la imaginación no tiene límites; si él busca inspiración en los vaivenes del mundo exterior, jamás pensó que su propia vida era una historia lo suficientemente dramática y genial, que merecía ser contada.



 

Algunas Escenas
FADE IN:

 

INT. DORMITORIO DE NOAH Y SUSAN – DÍA



El documento del programa Word está en blanco, mientras oímos I´M THE VALRUS (canción de los Beatles). En realidad sólo vemos un headline de guión: INT. CASA – DÍA. El reflejo de la pantalla baña los ojos marrones de NOAH.



Su mirada está clavada directamente en el monitor y delata un estado de frustración y de confusión profunda. En el piso de la habitación nos encontramos con un mar de papeles manuscritos, revistas de música, libros desparramados  y algunos álbumes de los Beatles.



Un paquete de Camel light vacío posa al lado de un cenicero de porcelana blanco, plagado de colillas. Gotas de sudor se deslizan por un rostro tieso y malhumorado. Ahora vemos unas líneas de letras inconexas, indescifrables a ningún idioma. La cabeza de Noah está apoyada en el teclado.



Desde la calle, la CARCAJADA desmedida DE UNA MUJER provoca una lenta reacción de éste. Noah abre los ojos, se incorpora, camina hacia la ventana y corre sigilosamente la cortina. Desde allí reconoce a su esposa, SUSAN, sentada en el asiento del acompañante de un coche Audi, conducido por un HOMBRE de 55 años, pelo entrecano, barba candado y muy parecido a Sean Connery.

Con aire amoroso, ella despide al hombre y camina hacia la casa con su traje y maleta de azafata. Noah cruza rápidamente la habitación, trastabillando con todo lo que yace en el piso.

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LIVING DE LA CASA



Furioso, Noah baja las escaleras y encuentra a Susan sentada en un sillón sirviéndose un vaso de whisky. Inmediatamente, reconocemos el conflicto entre ellos.

SUSAN

¡Qué cara, mi amor! ¿Recién te levantás?

NOAH

¿Quién era ese hombre?

SUSAN

Mi abogado. SAMUEL es tan divino

que me trajo hasta aquí… Además, pobre él también se está separando de su mujer.

Susan abre su maleta de azafata. Saca un sobre verde y se lo entrega.



SUSAN (sonriendo)

Ah! Esto es para vos.

Leelo bien.

Noah toma el sobre y se queda inmutado mirándolo. Éste dice: NOAH.

 

​DISUELVE A:

 

INT. ESTACIÓN DE SUBTE - MEDIODÍA



Noah toma una tarjeta verde de viaje. Una multitud desciende del subte. Camuflado en otra masa de pasajeros, sube al vagón.

INT. SUBTE – MEDIODÍA

Desde la puerta que da a las vías, Noah panea con su mirada y observa cada uno de los rostros de los pasajeros. Se detiene en un HOMBRE DE BARBA Y CAMPERA DE CUERO que lo mira intrigante.

En ese preciso momento, una SEÑORA MUY PAQUETA, amarrando unas cuantas bolsas de regalos, se ubica frente a él, dejando de ver al hombre de barba. La señora consigue un asiento. Noah también, frente a ella. Éste saca de su mochila una birome, su libreta de anotaciones y comienza a escribir. Todo lo que hace es observar y escribir.

Vemos a dos artistas callejeros subir al vagón con sus guitarras. Éstos interpretan HELP de Los Beatles. Noah voltea su cabeza y se concentra en el espectáculo.

Rápidamente se pone de pie al ver a la señora paqueta al borde de la puerta. La señora desciende. Segundos más tarde, Noah hace lo mismo. Mientras el subte se aleja en velocidad, el hombre de campera de barba y campera de cuero se acerca a la ventana para observar la situación.



INT. BAR ATÓMICA – AMANECER



El resplandor del amanecer nos da cuenta de los resabios de una noche áspera y agitada. Vasos partidos en el piso, sillas rotas, mesas cubiertas de todo tipo de alcohol, camperas olvidadas, y hasta clientes desmayados. Ahora vemos a BIILY contando el dinero de la caja registradora y a Noah barriendo el piso.

BILLY

Estos malditos cómo toman… Pero dejan buen dinero.

NOAH

Sí. Che, gracias por bancarme en tu casa. La verdad que no sé que sería sin vos, Billy.

 BIILY (riéndose)

Hagamos una cosa. Cuando filmes tu película quiero tener un papel.¡¿Cómo me ves como protagonista?! No te olvide que además de tu mejor amigo, soy un gran actor.

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INT. SUBTE – DÍA



Noah viaja del lado de la ventanilla. Se lo ve pensativo, reflexivo. Su mirada está clavada contemplando las vías. Una nena pasa por al lado de él y le deja una tarjeta. Noah la lee: “La vida te da sorpresas increíbles”. En la próxima estación, una joven y bella mujer toma asiento frente a él.

Enseguida, Noah saca de la mochila su birome y su libreta. Abre una página donde vemos un cuadro con nombres de varios personajes y descripción de sus caracteres. Al lado de señora paqueta, escribe: SAHARA, TÍMIDA, BELLA e INTERESANTE. Entre mirada y mirada, Noah escribe. Ahora anota: FIEL, SEGURA. Sahara sigue sentada. Parece estar posando para la desesperada imaginación de Noah. Sahara se levanta y desciende en la próxima estación. Noah hace lo mismo.



EXT. BAR ATÓMICA – NOCHE



Al cartel luminoso del lugar sólo le funcionan algunas letras, las del medio, leemos: Tomi.

Dentro del bar

Es viernes a la noche y el lugar está invadido de sus clientes más habitué: vagabundos, narcos, prostitutas, negros y jugadores de pocker. Desde la punta de la extensa barra, con la puerta de entrada de fondo, vemos a Noah sirviendo a más no poder chops de cerveza, whiskys y tragos de todo tipo. Ahora vemos el ingreso de Sahara al bar. La joven y bella mujer mira para todos lados, como buscando a alguien. Sigue caminando hasta que se detiene en la barra.

SAHARA (mirando para otro lado)

Un whisky, por favor.

Noah queda congelado. Su mirada está clavada en Sahara. Aunque ella nunca lo mira, los ojos de él nunca parpadean. Noah agarra un vaso, la botella y comienza a servir. Un robusto HOMBRE de CAMPERA DE CUERO y BARBA toma asiento en la barra, justo al lado de ella. El hombre fornido le acerca la cara y le enseña una sonrisa sin dientes.

HOMBRE FORNIDO (tocándose la bragueta)

Tengo algo muy grande para ti, princesita!



Los ojos de Noah se inyectan de ira. La mano derecha que sostiene el whisky tiembla. El pulso se acelera más. En un último intento de reprimirse, Noah agarra el vaso de whisky y lo estrella violentamente contra el piso. Sahara queda asombrada. El hombre fornido deja de sonreír. Se pone de pie, lo agarra de la camisa y lo saca de la barra, tirando todas las botellas al piso. Desesperado, Billy aparece en escena intentando controlar la situación, cuando



DOS HOMBRES DE CAMPERA DE CUERO Y BARBA lo agarran del cogote, empujándolo contra la barra. El primer hombre fornido continúa golpeando a Noah. Los puñetazos en su rostro lo van acorralando hasta la puerta de entrada. Después del último trompazo, Noah vuela hasta aterrizar duramente en la vereda.

EN LA VEREDA DE ATÓMICA

Noah está tumbado en el piso. Vemos el cartel luminoso del bar totalmente nublado, como si estaría empañado. Ahora vemos a Sahara ayudándolo a levantarse.



EXT. POR LA CALLE – AMANECER

 

Sahara sostiene del hombro a Noah mientras caminan por la ciudad. Noah tiene el rostro hinchado y la ropa empapada de sangre. Sahara saca de su bolso un pañuelo y le seca las heridas. Llegan a la puerta de la casa.

NOAH (Tosiendo)

¿Vivís lejos?

SAHARA

Sí. Disculpá, ahora me tengo que ir.

Gracias por ayudarme.

Sahara se acerca y lo besa en la mejilla. Da media vuelta y se va caminando.

NOAH (Grita tosiendo)

Pará. ¿Cómo te llamas?

SAHARA

Sahara.

NOAH (V.O.)

Chau… amor!



INT. SUBTE - NOCHE



Noah viaja en subte. Todavía pueden reconocerse las heridas en su rostro. El vagón está vacío. Las luces del vagón titilan y son como flashes fotográficos. Los intervalos de oscuridad y luminosidad se hacen cada vez más largos.

Ahora el vagón está vacío y oscuro. En el momento que vuelve la luz Noah descubre a un HOMBRE sentado a cuatro asientos de él observándolo misteriosamente. El hombre usa barba y tiene puesto una campera de cuero de color marrón, algo ultrajada. Noah reconoce que es el mismo sujeto que ha visto en su primer viaje. El recuerdo viene a su memoria. Se agita. Simula mirar para todos lados, pero no puede evitar mirar al hombre.

En el intento de sacar la libreta del bolso, la birome cae al suelo y rueda en dirección al sospechoso. Éste la frena con su pie y la levanta. Noah y el hombre de barba y campera de cuero cruzan miradas. El vagón queda a oscuras. El filoso sonido del subte invade la escena. Cuando la luz se reanuda, vemos que el hombre de barba ya no tiene la birome en su mano. Noah transpira. Sus ojos están dilatados. El rostro del hombre permanece inmutable.

Con miedo, Noah baja la mirada y ve la birome justo al lado de su pie. Escuchamos un celular sonando. Los segundos pasan y el hombre sigue sin atender. El sonido ya es insoportable. Ahora el hombre atiende. Su boca está inmóvil. Noah agarra la birome, se levanta y camina por el extenso pasillo del vagón hasta llegar a la puerta.

Cuando voltea su cabeza ya no vemos al hombre de barba en su asiento. Por el reflejo del vidrio lo reconocemos justo detrás de él. En la próxima estación, Noah desciende. El hombre de barba, también.